martes, 9 de agosto de 2016

Vida nueva..... Ya somos 4!

Pues sí, al fin el tan deseado segundo retoño ha llegado. Tras año y medio de búsqueda, cuando ya me iba mentalizando que mi grandullón se quedaría solito, llegó el segundo positivo. Y Ahora tiene exactamente 5 meses.


 ¿Qué decir? Embarazo estupendo, parto estupendo. El embarazo del primero fue muy bueno, casi ninguna molestia y parto adelantado a la semana 37 de manera natural. El parto fue muy bien, pero el trato en el hospital público no lo fue tanto. Con éste segundo embarazo tenía claro que quería vivir un parto consciente, y lo conseguí. Primero fue buscar una ginecóloga con la que realmente me sentía agusto, la encontré, una persona empática, cariñosa, respetuosa y profesional. El embarazo fue bueno, cogí mas kilos que con el primero, tamién debo decir que devoré mucho mas, iba el doble de cansada, y tenía mas hambre. En la recta final me asusté un poco, pues se me empezó a disparar un poco la tensión, y eso que soy de tensión muy baja, y me empecé a poner como un globo, pero en la semana 39 me puse de parto.
Me desperté a las 6 de la mañana, pues el mayor estaba enfermito, y me voy poniendo alarmas para mirarle la fiebre, le puse el termómetro y tuve ganas de ir al baño. Que raro, pensé. En el baño noté que yo no estaba normal, avisé a mi marido, que estuviera tranquilo que aun no llamara a los abuelos pero que creía que ya era el momento. Me metí en la ducha, y empezaron las contracciones. Avisamos a mis padres y vinieron a cuidar al peque grande, y mientras me fuí paseando por casa, preparando la ropita del mayor, sus cositas para que se lo llevaran al médico pues estaba con mucha fiebre (que momento mas oportuno para ponerme de parto), limpié la casa. Mis padres alucinando un poco, de tanto en tanto paraba por contracción (aun me río cuando lo pienso), y mi pareja de los nervios diciendo que no llegaríamos. A las 8 de la mañana salí de casa, mi padre nos acompañó al hospital, me metieron en la sala donde te ponen las correas, le dije a la matrona que ni de coña podía sentarme a que me pusieran unas correas, que eso ya dolía mucho. Me bajaron a paritorio mientras mi señor costillo hacía el registro en la clínica. Llevaba plan de parto, donde especificaba que quería libre movimiento, nada de tactos, luz tenue y sin epidural. Lo respetaron todo al 100 por cien, fue un equipo encantador. Avisaron a mi ginecóloga, y nada mas asomar la cabeza para decirme que ya estaba alli y que se cambiaba rápido, pegué un grito de "ya está saliendo". Rápidamente vinieron todas, me pusieron la silla paritoria, rompí la bolsa, y con un solo pujo ya estaba mi segundo pequeñín en brazos. Eran las 9 de la mañana. Así que todo fue muy rápido. Pero fue un parto que lo sentí, lo viví plenamente, el equipo fue un 10, y la ginecóloga la mejor que pude elegir, me acompañó y respetó en todo momento.
Mi peque se enganchó rápido al pecho. Así que solo puedo tener un precioso recuerdo de esos momentos, que desearía vivir y revivir cada instante.

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